Hay dos enormes puertas en este cementerio
a una la llaman principal y a la otra de emergencia.
También hay una glorieta a la entrada de la primera
e hileras de nichos, de flores de plástico ajadas,
la intemperie todo lo arruina, en la segunda
Por esta, siempre me gusta entrar a mí
Como en la vida, en la muerte hay niveles
varios, no solo dos o tres y allí resulta evidente:
Grandes túmulos de ángeles orando
o de vírgenes, escudos y laureles de mármol,
pequeños panteones de piedra gris y bordes negros
en los que la muerte es la misma, igual de fría
Entre tumba y tumba ha crecido la hierba verde
se siente suave cuando te acercas al lugar sombrío
donde tus seres queridos duermen
Qué haces aquí te preguntas, si solo hay silencio,
pero tú preguntas cómo estás, tienes frío.
Los muertos son sordos y ciegos a tus lamentos
Y te vas sin respuesta sabiendo que vas a volver.
© Rosa G. Panera
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