Hubo un tiempo,
aún no lejano
en que las nubes
dibujaban
hadas en el cielo
y el
aire
creaba hermosas
espirales
por las que
discurría alegre el sol
Entonces las flores
en primavera
abrían la puerta
a los deseos
y a las locas ilusiones
Fue casi ayer
y parece que haya
pasado una vida
o tal vez dos,
pero fue ayer
Ya no nacen las
palabras
bañadas
de la sutil
belleza de las ilusiones vivas
ni tiembla el
corazón en ensueños
que nunca se
hicieron realidad
y murieron entre
desilusiones
Aún las aguas
discurren alegres
por las cuencas
de los ríos y hay sueños
en los corazones
de las gentes
los árboles se
mecen dulcemente
y sus hojas comienzan
a morir y caen
Recorren su
camino lentamente
porque en algún
lugar está escrito
que todo lo que
nace, algún día muere
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