viernes, 28 de enero de 2022

Como manda la iglesia

 

 

 

 

 

                                                                     Alexandre Yakovlev

 

 

Si no me miras, peco, no soy yo es el deseo de tenerte. Cuando lo haces mis ojos son un pozo de aguas frescas que se ofrecen para apagar tu sed. Mis manos dibujan tu rostro y acarician los contornos de tu cuerpo. En mi interior algo explota de pronto incontrolable. Por eso peco, solo por eso.

 

 

© Rosa G. Panera
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