Allí estás tú y aquí estoy yo,
tú como el agua transparente
en la que quiero nadar
y yo tormenta agitada por el
viento
Aquí me ves como el musgo
que se prende fiel de las
piedras,
húmedo de versos tristes
resignado a la inercia de la
espera
Allí estás tú, plantado como un
árbol
de raíces profundas y eternas
en un viaje de alforjas llenas
soñando puentes que no quieres
cruzar.
Amarga dicha la de quererse
terrible claridad la de los
pensamientos
que llevan a cumplir las
promesas
y no borran aquello que no se
puede olvidar.
© Rosa G. Panera
Todos los derechos reservados
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