De la Red |
Se fue en un recodo del camino
entre las gotas de sal
entre el fuego del invierno.
Desapareció sin previo aviso
el sonido de su voz, su risa
clara
el brillo de sus ojos azules
y la calidez de su mano
Se fue y apenas dijo adiós
llevaba escritas en su mirada
todas las palabras, los miedos
los signos de interrogación
yo solo supe tomar sus manos
besar su frente, mentirle.
Le juré que amanecería de nuevo.
En qué lugar del cielo veré su
Aurora
en qué nube descansará feliz,
desde allí me mirará apenada,
con qué sonido me hablará
será la dulce brisa de la tarde
o la gota de lluvia que ayer
golpeaba mi corazón,
mi pensamiento y mi
ventana.
© Rosa G. Panera
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