domingo, 26 de julio de 2015

Dulce roce
















Eran como palomas aquellas manos,
se movían en la oscuridad entonces,
eran como melodía, temblor y risa
resonando en medio de la loca vida,
temblor de invierno y primavera.
remanso y río revuelto de cada día.

Testigo de nuestra vida, la memoria
remonta las colinas del presente
y vuelve atrás buscando lo que fue
 hoy es ceniza soplada por el viento,
ojos que miran sin ver en la noche
esperando cansados el amanecer.

Todo se suaviza cuando cae la tarde
como el dulce roce de sus manos.
Quién no ha amado alguna vez
quién no se ha adormecido sediento,
muerto de hambre de otros alimentos
soñando con el calor de antiguas manos.


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