miércoles, 28 de enero de 2015

En el camino a Ítaca




















Rueda lenta la vida cuesta abajo
envuelta en los ruidos de la mañana,
marcan el compás en el reloj las horas
nacen con la luz del día los deseos
y son como el agua del río que baja
horadando la tierra por la que pasa.

Me atreví a cantar, a reír y soñar
a veces valiente, otras con miedo
amar fue para mí lo primero y se
que amanecerá y estaré a su lado.
Quizá no brillarán ahora nuestros ojos
y habremos olvidado viejas palabras
o tal vez no moriré cuando él suspira,
pero aquí estaré, mi corazón le espera         
y bajaremos juntos la cuesta de la vida.



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