domingo, 4 de enero de 2015

En un sueño oscuro








No era yo y sin embargo
aquella mujer se me parecía
hablaba con mi voz, tenía mi pelo
mi pecho,  mi boca y reía como yo

Subía y bajaba por la pendiente
seguida por sombras ya muertas
hacia viejos caserones arruinados
por el paso terrible del tiempo.

No era yo y sin embargo
el hombre era mi padre y sus ojos
me miraban con aquella vieja sorpresa
de cuando yo era su niña pequeña

Me tomó de la mano y trató de llevarme
pero entonces aquella mujer
que sin duda era yo, lanzó un grito
porque él no era él, lo vi cuando pude mirarle



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