Viajamos por los senderos de la
vida
que fueron quizá trazados de
antemano
acunados por los sueños de las
horas tibias
corazones de luz en el misterio
atrapados
Un día, ojalá que lejano en el
tiempo,
enterraremos las miradas y los
besos
los abrazos que fueron alimento,
en medio de la tierra yerma...
muertos
Habrá, tal vez muy lejos, un lugar
secreto
donde, como los árboles,
retoñemos
envueltos los dos en el todo y
en la nada
y allí otra vida comenzará de
nuevo.
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